exposición individual

E S P I R A L

Espiral es mi viaje sincero por el camino del autodescubrimiento.

Como artista autodidacta, en cada trazo narro un proceso de crecimiento personal y evolución creativa. Como una espiral, mi camino ha sido un flujo constante de transformaciones: cada vuelta —ya sea hacia arriba o hacia abajo— ha sido parte esencial de este recorrido.

Te invito a recorrerlo conmigo y descubrir, en cada vuelta, la fuerza que nace del cambio. Porque siempre, en el centro de todo, hay un nuevo comienzo.

Vuelta 1: el origen

Aquí comenzó todo.

Una necesidad interna de darle forma al caos. Los mandalas llegaron como ritual, como pausa, como un acto de presencia. Dibujar desde el centro hacia afuera se volvió una forma de escuchar y, al mismo tiempo, de encontrarse. Cada forma repetida contenía algo sagrado: una historia que aún no sabía que quería contar. Permitió que el arte se convirtiera en refugio.

Vuelta 2: la expansión

Los mandalas me llevaron a mirar la naturaleza con otros ojos.

A reconocer los patrones que se repiten en ella: en una hoja, en un insecto, en la simetría de una flor. Poco a poco, esas formas comenzaron a integrarse en mi trabajo. No fue algo planeado, sino una exploración libre, donde lo natural empezó a entrelazarse con lo simbólico.

Vuelta 3: la intervención

En esta etapa quise romper los límites del soporte tradicional.

Ya no buscaba que mi arte viviera en un solo formato. Comencé a intervenir objetos: elementos cotidianos que habitan el día a día. Fue un juego entre forma y función. Aquí, mi arte empezó a compartirse de otra manera: integrándose en la vida de otras personas.

 La que aún no se deja ver

Esta mujercita —sin rostro— apareció por primera vez durante la pandemia.
Refleja una búsqueda interna: una identidad que se construye sin apuro, trazo a trazo.
En la última vuelta, por fin muestra su cara.

No porque la búsqueda haya terminado, sino porque —por un instante— se dejó ver.

Vuelta 4: el centro renovado, donde todo vuelve a comenzar

Este es el cierre de la espiral, pero también un nuevo comienzo.

Una obra que reúne todas las vueltas, todos los aprendizajes. Aquí conviven los trazos repetitivos del mandala, la presencia simbólica de la naturaleza y la tridimensionalidad de los objetos. Esta pieza no es una conclusión, sino un recordatorio: el arte siempre me lleva de vuelta a mí misma, pero nunca a la misma versión.

Nala x UnaPiedra

Una colección de joyas que rinde homenaje al proceso, a la imperfección y a la belleza de lo que cambia con el tiempo.

Inspiradas en Espiral, estas piezas nacen del diálogo entre la delicadeza de UnaPiedra y el trazo orgánico y simbólico de Nala. Cada joya encierra un fragmento del recorrido: patrones, símbolos y momentos que guardan la esencia de cada vuelta.

Aquí, los dibujos salen del papel y se convierten en amuletos. Pequeños talismanes que acompañan, que cuidan, que nos recuerdan que el arte también puede sostenernos.

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